Marta Munyoz

Soy Marta, y llevo 20 años acompañando a mujeres a conectar con su placer y su cuerpo a través de la danza y el movimiento.

Mi historia con el baile empezó entre espejos, ensayos y escenarios. Olor de incienso y miradas de complicidad entre mujeres femeninas llenas de belleza y erotismo.

Desde el principio, veía que las mujeres que llegaban a mis clases buscaban algo más que unos simples movimientos... buscaban liberarse de dolores menstruales, conectar con su feminidad, quedarse embarazadas o tan sólo sentir placer de estar consigo mismas.

Mi primer proceso de maternidad me hizo ir más allá de la danza con espejo y me invitó a sentir en mi piel el poder de movimientos concretos en mi cuerpo sexual.

Entonces (2014) fue cuando estudié el Método Laxmi (Formación profesional para acompañar a mujeres durante el embarazo, el parto y el postparto a través de la danza, el ejercicio y la meditación).

El Método Laxmi me dio mucho conocimiento de la anatomía del cuerpo sexual femenino.

Estudié y viví en mi segundo embarazo el fuerte impacto del movimiento en el buen funcionamiento del suelo pélvico, la cadera, el útero y todos los órganos que influyen en la sexualidad.

También entendí cómo el baile y la respiración pueden activar las hormonas del placer.

Después de dos maternidades, empecé a notar que necesitaba ayuda, porque aunque bailaba semanalmente y mi cuerpo estaba muy en forma y cargado de energía, mi sistema de creencias no me permitía vivir mi sexualidad y mi relación de pareja con tranquilidad y placer.

Así que lo que empezó en unas sesiones de terapia se convirtió en una formación en crecimiento personal con el Método A toc de Cor (2017).

Todas estas herramientas hicieron que mi trabajo corporal diera un gran salto hacia el cuerpo emocional y espiritual.

Después de la segunda maternidad, sentí una necesidad muy fuerte de desarrollar mi fuerza para sostener ese momento de crianza. Entonces, no sé cómo, llegó a mí el Booty Dance o Twerk, un estilo de danza de origen africano con movimientos muy fuertes, rápidos y secos.

Me enamoré y me completó.
Me formé como profesora.

Mis clases se convirtieron en clases de danza terapéutica por la salud de la mujer, porque las mujeres con las que bailaba me decían que ellas venían a hacer terapia.

Así que empecé a acompañar este proceso de danza con sesiones de terapia personalizada y sesiones formativas para generar conocimiento y nuevas creencias.

Me di cuenta de que mi misión es enseñar a las mujeres que lo necesiten a mejorar la relación con su cuerpo y con su placer.

Ahora acompaño a mujeres con mi Método Sensual Dance y con el programa Florecer Placer, que son el fruto de muchos años de proceso con mi cuerpo y mi sexualidad, y del aprendizaje con el acompañamiento a otras mujeres.

¿Te acompaño?